Sesgo de confirmación

En la década pasada, una persona con la que salí durante unos meses se despidió con estas palabras para no vernos más:

Aunque las flores del asfalto me hablen de ti, siempre te querré olvidar.

Según mi idiosincrasia de la época, ese verso debía de formar parte de un poema acerca del arrepentimiento y otros lugares comunes similares. Guardé el poema en un archivo de texto y, si te he visto, no me acuerdo.

Varios años después, haciendo frente al síndrome de Diógenes digital me reencontré con esa línea enigmática. Esta vez, quise saber y oh sorpresa: mediante una sencilla búsqueda en la web, di con una canción titulada Tu ángel caído, del grupo musical La Frontera. Tanto la música como la letra de la cual formaba parte el dichoso verso, conformaban un conjunto optimista y encantador acerca de la tentación y los buenos recuerdos.

¿Qué quiso decirme?

No tenía derecho a preguntárselo y averiguar si era un insulto o algo peor no estaba entre las opciones del momento. Remontar fue una tarea ardua ya que el sesgo de confirmación retrasó la conclusión más de lo que estoy dispuesto a admitir. Por suerte, el mundo no es un pañuelo y eso facilita las cosas incluso a Lucifer.